Adán, el primer hombre, desobedeció el mandato de Dios en el que le dijo que el día que comiere del árbol de la ciencia del bien y del mal, ciertamente moriría. Como resultado de su desobediencia, Adán y sus descendientes llegaron a ser pecadores y por ende no podían continuar teniendo vida eterna. ...
La lluvia que cae sobre la tierra penetra el suelo, y parte de ella se vaporiza para luego regresar de nuevo a la tierra en forma de lluvia. En este ciclo, los brotes de las plantas, crecen y en su tiempo producen fruto. Cuando la Palabra de Dios, la cual es el agua de vida, penetra el suelo del corazón del hombre, separa los objetos innecesarios tales como las espinas y las piedras y hace que el corazón se vuelva fértil. Así como la siembra de semillas en tierras fértiles da como resultado la producción de buenos frutos, cuando el corazón del hombre se vuelve fértil, también producirá frutos espirituales. Cuando el espíritu de un individuo prospera, cada aspecto de su vida prosperará mientras recibe las bendiciones de la buena salud y la heredad del cielo eterno.
"Goteará como la lluvia mi enseñanza; Destilará como el rocío mi razonamiento; Como la llovizna sobre la grama, Y como las gotas sobre la hierba" (Deuteronomio 32:2).
~ De la columna del Dr. Jaerock Lee "El Camino" publicada en The Seoul Newspaper (El Periódico de Seúl)
Noticias Manmin 
8676
